¿Somos o no somos unidos?

Soy José García (me dice Pepe) y vivo en San Martín. Quería escribir sobre algo que siempre noté en la calle pero que ahora lo noto cada vez que entro a dejar algún mensaje en los comentarios de las notas o En Debate: lo peleado que estamos los mendocinos.

Entiendo que podemos estar enojados como respuesta a la impotencia del día a día, porque las cosas siempre han sido difícil y porque quizá nunca en la vida podremos ir tranquilos a algún lugar, pero eso no nos puede dar pie para descargar todo el tiempo bronca en donde no hay que descargarla. No tiene sentido. Al menos si nos ponemos a pensar qué nos sucede cada día al levantarnos seguramente nos vamos a dar cuenta de que la cosa no es para tanto.

Todo esto es tan loco que pareciera que estar con bronca es una condición para estar bien -no digo para ser feliz porque me parece que ya nos hemos olvidado de eso. Aún así reconozcamos que no hay razones para agarrársela con alguien que no conocemos porque nosotros pensamos que esa persona, por el apodo, nick o como se llame, que no nos gusta.

Podría contarles muchas cosas lindas e interesantes de mi vida, pero a veces imagino ante quién se los estaré contando y allí es que me agarra la preoupación de saber que existe alguien que seguramente ya me estará puteando aún sin conocerme.

Saludos a todos los lectores y en otro momento volveré para contarles ya algo concreto. Sólo quería partir de esta preocupación, porque pareciera que se cumple lo que escuché una vez de un cura, que me dijo que las personas que están divididas por dentro generan divisiones por afuera. Y yo quiero vivir con gente que no piense así.